El entorno


La sesión suele realizarse en un espacio tranquilo, acogedor y sin distracciones. El receptor permanece vestido y se tumba sobre una camilla. Tiene que estar cómodo. El ambiente puede incluir luz suave, música relajante y una temperatura agradable, todo pensado para facilitar la relajación profunda.

No se requiere hablar durante la sesión, aunque puede haber un breve intercambio inicial para comentar cómo se siente la persona o si hay alguna necesidad particular.

La aplicación de los toques


Durante la sesión, el facilitador coloca suavemente sus manos sobre diferentes combinaciones de Cerraduras Energéticas de Seguridad y dedos de manos y pies. Las manos del facilitador actúan como “cables de conexión” que ayudan a liberar el bloqueo, armonizar y restablecer el flujo natural de energía. No hay presión, fricción ni manipulación muscular. El toque es ligero pero lleno de intención y presencia.

Cada secuencia aplicada (llamada “flujo”) tiene un propósito específico: puede estar orientada a equilibrar el sistema digestivo, liberar tensiones emocionales, calmar el sistema nervioso, fortalecer los órganos, o simplemente armonizar el cuerpo en general. A menudo se combinan varios flujos en una misma sesión, dependiendo de las necesidades del receptor.

La experiencia del receptor


Durante la sesión, muchas personas sienten una profunda relajación, como si entrasen en un estado meditativo o de ensoñación. Es común experimentar sensaciones como calor, cosquilleo, pulsaciones suaves o movimientos energéticos internos.
También pueden surgir emociones o imágenes internas, ya que al liberar tensiones energéticas también se sueltan memorias corporales o patrones emocionales. Al finalizar, el receptor suele sentirse más tranquilo, equilibrado y centrado. Algunas personas notan mejoras inmediatas en molestias físicas o en su estado de ánimo; en otros casos, los efectos se perciben con más claridad en los días siguientes.

Duración y frecuencia


Una sesión individual suele durar entre 45 minutos y una hora. Algunas personas acuden de forma ocasional, como parte de su autocuidado, y otras lo integran como acompañamiento en procesos de salud física o emocional, asistiendo con mayor regularidad. El receptor suele marcar la periodicidad de las sesiones. En resumen, una sesión individual de Jin Shin Jyutsu es un espacio íntimo y seguro donde, a través del contacto sutil de las manos, se despierta la inteligencia natural del cuerpo para volver al equilibrio. Es una invitación a soltar, recibir y reconectar con uno mismo desde la calma.

Equilibra tu energía. Transforma tu vida.

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